Proyectos y referencias

Más espacio reservado a la calidad

La empresa Egon Grosshaus GmbH & Co. KG ha convertido una nave industrial en un espacio de oficinas para el control de calidad y laboratorios de análisis, manteniendo intacta la estructura del edificio.

La ciudad de Lennestadt se ubica en el centro de la región alemana de Sauerland, entre las montañas Ebbe y Rothaar. Sauerland cuenta con sorprendentes parajes naturales llenos de abetos, muy admirados por cualquiera que viva en la ciudad. Lennestadt está rodeada al 60 por ciento de bosque. Las colinas de color verde intenso se extienden hasta donde la vista alcanza.

En este marco incomparable tiene su sede Egon Grosshaus GmbH & Co. KG, una mediana empresa dedicada principalmente a la técnica de estampado, punzonado y corte, al troquelado de precisión y al estampado y curvado. Esta empresa existe desde hace más de 75 años. Siempre en manos familiares, Patrick Grosshaus es la tercera generación al frente de este negocio que emplea a unos 500 trabajadores. La empresa tiene un papel clave en el desarrollo económico de la región, ya que disfruta de gran renombre a nivel mundial como distribuidor metalúrgico para la industria automovilística.

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Jens Rarbach, director de gestión de calidad de Grosshaus GmbH & Co. KG, y su equipo dispondrán dentro de poco de nuevas instalaciones gracias a la solución para integrar espacios de {cms.var.company_name}.

Los pequeños componentes que engrandecen a Grosshaus

La mayoría de productos de Grosshaus se destinan a la industria automovilística. Uno de los más conocidos es el armazón de los cinturones de seguridad, utilizado para proteger a los ocupantes del vehículo. La precisión es mucho más importante aquí que en otros sectores, ya que está en juego la vida de las personas.

Christof Arens dirige el laboratorio de análisis interno y nos explica de la siguiente forma la precisión con la que deben medirse las piezas fabricadas por Grosshaus: “los aparatos de medición con los que contamos en nuestras instalaciones miden con alta precisión cada micrómetro, es decir, cada milésima parte de un milímetro. Para que se hagan una idea, un pelo suele tener un grosor de 25 micrómetros.” Por lo tanto, el componente debe tener las dimensiones exactas antes de salir del proceso de control de calidad y entregarse al cliente.

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Para poder dotar al proceso de control de calidad y a los laboratorios de análisis de unas instalaciones adecuadas, situadas además cerca de la producción, decidimos trasladar este departamento a una planta justo encima de la de producción. El principal reto fue no modificar ni un milímetro la estructura arquitectónica de la nave anterior y convertir ésta en un espacio ideal para laboratorios y oficinas.

Thorsten Oest (izquierda), jefe de ventas regional de kaiserkraft examina a fondo la planificación del proyecto junto con el director del laboratorio de análisis, Christof Arens (centro).

Además, al igual que ocurre en el resto del edificio, los marcos de las puertas y de las ventanas debían pintarse con los colores corporativos de la empresa. Grosshaus solicitó a kaiserkraft un asesoramiento al respecto.

El proyecto fue planificado y supervisado al detalle por Thorsten Oest, jefe de ventas regional de kaiserkraft en Haan. En sus palabras: “puesto que debíamos integrar el espacio planificado en la nave industrial ya existente, nos decidimos por las paredes separadoras modulares flexibles. Su montaje final se hace in situ y allí mismo pueden darse los últimos retoques, por ejemplo, en las fijaciones a la pared.”

Una gran ventaja de la que Grosshaus pudo aprovecharse.

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Solución individual para espacios

Las empresas Grosshaus y kaiserkraft trabajan mano a mano desde hace más de 15 años. Como era de esperar, esta cooperación empezó con un espacio modular. A éste le siguieron otros tantos proyectos a lo largo de los años hasta conseguir hoy en día la solución más flexible de todas.

Christof Arens recuerda cómo comenzó a proyectarse la solución de este año: “lo primero fue analizar y tener en cuenta muchos detalles previos. Una vez montados los módulos, no puede volverse atrás. Le dimos mil vueltas a los planos de ejecución.”

Primero debíamos pensar en las distintas alturas de los techos del laboratorio de medición. Puesto que una de las máquinas tenía una altura de mantenimiento específica, una parte del techo tuvo que aumentarse 30 centímetros de altura. Otro de los retos fue el recubrimiento del suelo. Mientras que en las oficinas se colocó un suelo de PVC tratado de 2,4 milímetros, el laboratorio dispone de un suelo de hormigón fundido que resiste la carga puntual de las máquinas para medir y al mismo tiempo minimiza la transmisión de vibraciones.

Puesto que las instalaciones también cuentan con oficinas, tuvimos que crear hasta 25 puestos de trabajo. Para el director de calidad, Jens Rarbach, se construyó una oficina individual gracias a una solución para integrar espacios.

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Día de la entrega: Thorsten Oest comprueba si la ventana oscilobatiente funciona sin problemas.

Las ventanas oscilobatientes permiten la entrada de aire limpio y de luz natural. Lo que antes sólo servía como estructura de apoyo, se ha dotado ahora de ventilaciones.

“A partir de cierta anchura útil tienen que montarse apoyos adicionales por motivos estáticos. Esto lo solucionamos in situ con la ayuda de pilones de acero con asiento de forjado”, aclara Thorsten Oest. “Con estas soluciones modulares flexibles podemos asesorar al cliente hasta en el más mínimo detalle. Nuestro servicio abarca desde la nivelación del suelo, hasta los componentes de iluminación, pasando por canaletas para cables.”

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