Fomento de la consciencia ecológica en todo el mundo.

La Pradera, Colombia: diariamente llegan al vertedero unas 2100 toneladas de basura. Debido a la descomposición de la materia orgánica que contiene la basura se liberan grandes cantidades de metano, un gas invernadero 21 veces más nocivo para el medio ambiente que el dióxido de carbono (CO ). Una gestión del gas respetuosa con el medio ambiente evita que se libere el metano a la atmósfera, contribuyendo con ello a evitar el cambio climático.

Dalián, China: en este vertedero también se convierte el metano que desprende la basura en energía limpia que se introduce en la red eléctrica local. Esto comporta dos mejoras: además de los beneficios ambientales, la población local disfruta de una mayor calidad de vida ya que, dado que el vertedero ya no emite gases, las comunidades cercanas al mismo ya no sufren peligro de contaminación atmosférica ni de explosiones de gas. Además de contribuir a la sostenibilidad y reducir el consumo de combustibles fósiles para generar electricidad, este cambio crea puestos de trabajo en la región. Este es uno de los primeros proyectos en China para generar electricidad a partir de gases de vertedero.

Ankara, Turquía: en los motores de gas instalados expresamente para generar electricidad pueden conseguirse potencias de 16,8 MW, lo que permite inyectar en la red eléctrica turca unos 140 000 MWh anuales.

California, EE. UU.: gracias a una explotación forestal sostenible, el proyecto Garcia River Forest protege los árboles, las plantas y a los animales, además de contribuir a la mejora de la calidad del agua. Este proyecto de compensación de las emisiones de CO protege además los puestos de trabajo del sector forestal en el mismo centro de la región del bosque Redwood de California. El mantenimiento de este espacio forestal y la recuperación de sus hábitats naturales permite evitar la emisión de 77 000 toneladas de gases invernadero al año.

Chonburi, Tailandia: en esta región se cultiva la raíz de yuca en grandes cantidades con el fin de producir almidón de yuca para el sector alimentario y para la fabricación de pasta de dientes. El secado de estas plantas requiere grandes cantidades de agua y genera aguas residuales con gran contenido en sustancias orgánicas. Este proyecto ambiental capta las emisiones de metano de las aguas residuales para producir biogás, que se utiliza entonces como fuente energética, evitando así la utilización de combustibles fósiles. Ello ha reducido también considerablemente la contaminación del aire debida a la materia orgánica en descomposición.